SECUENCIA DE ACTIVIDADES PARA LA
SEGUNDA QUINCENA DE AGOSTO
Hola ¿Cómo estás? Espero que muy
bien. Nos ponemos a trabajar.
LEE ESTAS
INSTRUCCIONES:
Trabaja en el siguiente orden:
1-PRÁCTICAS DEL LENGUAJE; 2-CIENCIAS SOCIALES; 3-CIENCIAS NATURALES; 4- MATEMÁTICA.
LEE CADA CONSIGNA antes de comenzar a trabajar.
Donde dice “COPIAR O IMPRIMIR”, DEBE ESTAR EN LA CARPETA.
PRÁCTICAS DEL LENGUAJE
Comenzaremos a leer los cuentos que Sherezade le relataba al
rey Shariar cada noche. Son muchísimos, pero nosotros leeremos sólo dos. Estos cuentos que vamos a leer son los más
populares. Seguramente los conoces, te los contaron o viste las películas.
Empecemos con el primero. Bienvenidos al mundo mágico de los
cuentos tradicionales del Lejano Oriente……
PRIMERO
TRAZA LÍNEA LARGA EN LA CARPETA DE PRÁCTICAS DEL LENGUAJE, EN LA PARTE DE
LECTURA Y ESCRITURA. ESCRIBE EN LA CARPETA:
AGOSTO-
SEGUNDA ENTREGA.
TÍTULO:
LECTURA DEL CUENTO SIMBAD EL MARINO Y ACTIVIDADES
Ahora nos ponemos a trabajar. Realiza lo que indica cada consigna.
A) CONSIGNA: LEE EL CUENTO
Los viajes de Simbad
el
Marino
He llegado a saber, oh Rey afortunado, que en tiempos
del califa Harún
Al–Rachid vivía en la ciudad de Bagdad un hombre
llamado Simbad el Faquín. Era pobre y para ganarse
la vida transportaba pesados bultos sobre
su cabeza de un punto
a otro de la ciudad. Un día de calor excesivo pasó por delante
de la puerta de una casa
que debía pertenecer a algún mercader rico; soplaba allí una brisa
gratísima y cerca
de la puerta se veía un banco
para sentarse. Al verlo,
el faquín Simbad
dejó su carga
y se sentó. Entonces no pudo menos
que suspirar y exclamar: “¡Gloria
a Ti, oh Alah! Por la mañana, yo, Simbad
el Faquín, me levanto
agotado del trabajo del
día anterior; el propietario de esta mansión, en cambio, disfruta de sus guisos
y se rodea de sonidos
y aromas delicados. ¡Oh, Alah,
quiero creer que gobiernas con sabiduría!”
Simbad el Faquín se dispuso
a recoger su fardo para
marcharse. Pero salió por la puerta
un joven sirviente que le tomó
la mano y dijo: –Mi señor
ha escuchado tus lamentaciones y te manda llamar. Sígueme.
Simbad se dejó
llevar, avergonzado y cabizbajo. El señor de la
casa le ofreció los mejores
manjares y le dijo: –He
sabido que te llamas igual que yo, porque
mi nombre es Simbad el Marino. Este bienestar que ves en mi vejez
ha sido adquirido después de grandes fatigas. Te contaré la historia de mi vida:
Has de saber que
mi padre fue
un rico comerciante. Cuando murió yo era muy joven. Me hice hacer
costosos vestidos, me rodeé de servidores e invité a grandes
banquetes hasta que un día descubrí que me encontraba a las puertas
de la pobreza. Vendí todo lo que me quedaba y adquirí mercancías para salir a comerciarlas. Me embarqué
junto con otros
y navegamos por el río
Basora hasta salir
al mar y alejarnos de las costas
de la patria.
Navegamos durante días y noches, de mar en mar, de isla en isla, de tierra en
tierra y de puerto
en puerto. Allí por donde pasábamos,
vendíamos y comprábamos obteniendo provecho de nuestro trabajo.
Un día llegamos a
una pequeña
isla que parecía un jardín.
El capitán mandó echar anclas y los comerciantes que íbamos a bordo desembarcamos. Unos decidieron descansar, otros recorrer el lugar y algunos
encendieron lumbre para preparar alimentos.
De repente, tembló la isla toda con una ruda sacudida. El capitán, que permanecía en la orilla, empezó a dar grandes
voces: –¡Alerta, pasajeros! Esta no es una isla sino un pez gigantesco dormido en
medio del mar. La arena se le ha ido amontonando y sobre ella ha crecido el musgo y los árboles.
Vuestras hogueras lo han despertado.
¡Abandonad vuestras cosas y salvad vuestras vidas!
Los pasajeros,
aterrados, echaron a correr
hacia el navío. Algunos pudieron alcanzarlo, otros no lo lograron porque el enorme
pez se había puesto ya en movimiento. Yo me vi de pronto
rodeado por las olas tumultuosas que se cerraban sobre los lomos del monstruo. Me aferré a un tronco mientras veía alejarse al navío
con aquellos que habían logrado alcanzarlo, ¡que Alah los perdone!
Me senté sobre el tronco
y remé con brazos y piernas
a favor del viento.
Así pasé un día y dos noches
hasta que el viento y las olas
me arrastraron a las orillas
de una isla. Allí quedé
sumido en un sueño profundo
hasta que el ardor del sol logró
despertarme. Me arrastré hasta una llanura cercana; bebí agua dulce y comencé a
alimentarme con los frutos
caídos de los árboles.
Poco a poco, recobré mis fuerzas.
Empezaba a estar harto
de tanta soledad
y solía recorrer la orilla del mar a la espera
de algún navío que pudiera
recogerme.
Una mañana, ascendí a una punta rocosa para otear
el horizonte y descubrí una vela entre las olas.
Desgajé una rama e hice señas con ella lanzando
al viento grandes
alaridos.
Finalmente me vieron y se acercaron a la costa para socorrerme.
En la nave, me ofrecieron alimentos y ropas
para cubrir mi desnudez
y me sentí invadido
por un gran bienestar.
Al día siguiente, conté mi historia y el capitán
se compadeció mucho de mis penas.
–Quisiera serte útil, –me dijo–.
Has de saber que llevamos navegando y comerciando muchísimo tiempo. Ahora
nos dirigimos a un puerto cercano. Para
que no tengas
que llegar a tu tierra en tan miserable estado,
mi deseo es entregarte los fardos
de un mercader que embarcó con nosotros
en Basora pero que ha perecido
ahogado. Encárgate de vender
las mercancías y yo te daré una retribución por tu trabajo; después
te dirigirás a Bagdad,
preguntarás por la familia del ahogado y les harás llegar el importe de lo que
vendas más las mercancías sobrantes.
Al oír estas palabras, miré atentamente al capitán y lleno de emoción
pregunté: –¿Y cómo se llamaba ese mercader, capitán?
Él me contestó: –¡Simbad el Marino!
Grité entonces con toda mi voz: –¡Yo
soy Simbad el Marino!
Luego añadí: –Cuando se puso en movimiento el enorme pez a causa del
fuego que encendieron en su lomo, yo fui de los que no pudieron ganar tu navío
y cayeron al agua. Pero me salvé gracias a un tronco de madera sobre el que me
puse a horcajadas hasta alcanzar la costa.
Al escucharme el capitán, exclamó: –¡No hay poder más que en Alah el
Altísimo! –. El capitán me entregó los fardos.
Después seguimos navegando hasta llegar a puerto, vendí allí mis mercancías
y regresé a Bagdad, donde volví a ver a mi familia y a mis amigos.
Inicié una nueva vida comiendo manjares admirables y bebiendo bebidas
preciosas y olvidé las penurias pasadas y los peligros sufridos.
Pero mañana, si Alah quiere, os contaré, ¡oh invitados míos! el segundo
de los viajes que emprendí.
Y Simbad el Marino se encaró con Simbad el Faquín y le rogó que cenase
con él. Luego, hizo que le entregaran mil monedas de oro y antes de despedirlo
lo invitó a volver al día siguiente.
La segunda noche habló Simbad en estos términos a su convidado:
–Verdaderamente yo vivía la más dulce de las vidas, cuando un día asaltó mi
espíritu el deseo de recorrer otros mares, de conocer otras islas y otros
hombres. Fui pues al zoco y compré las mercancías que pretendía exportar.
Busqué luego un navío hermoso y nuevo, provisto de velas de buena calidad y
transporté a él mis fardos.
Navegamos durante días y noches, de mar en mar, de isla en isla, de tierra
en tierra y de puerto en puerto. Allí por donde pasábamos, vendíamos y
comprábamos obteniendo provecho de nuestro trabajo.
Un día Alah nos condujo hasta una isla con multitud de árboles de frutos
y flores olorosos, pájaros cantores y arroyos cristalinos. Yo fui a sentarme a
orillas de un arroyo, me tendí en el césped y dejé que se apoderara de mí el
sueño en medio de la frescura y los aromas del ambiente. Dormí durante muchas
horas, tantas que cuando desperté, no encontré a nadie. Me puse a llorar preso
de un terror profundo. Al fin, recorrí la isla en todas direcciones sin poder
encontrar huellas humanas.
Trepé a un árbol altísimo y, al mirar atentamente, descubrí a lo lejos
algo blanco e inmenso. Bajé del árbol y avancé con mucha cautela hacia aquel
sitio. Cuando estuve más cerca, advertí que era una inmensa cúpula de blancura
resplandeciente, pero no descubrí la puerta de entrada.
Mientras
reflexionaba, advertí que de pronto desaparecía el sol y que el día se tornaba
en una noche negra. Alcé la cabeza para mirar las nubes y vi un pájaro enorme
de alas formidables que volaba por delante del sol oscureciendo la isla.
Recordé entonces con terror lo que contaban algunos viajeros: que en las
islas del sur vivía un pájaro gigantesco de alas descomunales, llamado Roc, que
en su vuelo tapaba el sol y que alimentaba a sus polluelos con elefantes. ¡La
cúpula blanca era uno de los huevos que empollaba aquel Roc! El pájaro descendió
sobre el huevo, extendió sobre él sus alas inmensas, dejó descansando a ambos
lados sus dos patas en tierra y se durmió. Yo quedé precisamente debajo de una
de las patas que parecía más gruesa que el tronco de un árbol añoso. Tomé una
decisión. Me quité el turbante, lo trencé como una cuerda y me até con ella a
la inmensa pata del pájaro Roc. Me dije que no podría sobrevivir en la isla
pero que el Roc en su vuelo tal vez me condujera a parajes civilizados.
Al amanecer, el Roc se irguió, lanzó un grito horroroso y se elevó por
los aires conmigo colgado de su pata. Atravesó el mar volando por encima de las
nubes y después de mucho rato empezó a descender hasta posarse finalmente en
tierra.
Y aquí Sherezade dejó de contar, pues
comenzaba a amanecer. Como el rey Shariar, vos también deberás esperar a la
próxima entrega para conocer qué pasó con Simbad el Marino.
B) CONSIGNA: RESPONDE EN TU CARPETA. EN LA PARTE
DE LECTURA Y ESCRITURA.
1-
Los dos personajes se llaman Simbad
¿Qué otro nombre poseen para diferenciarse?
2-
¿Cuál de los dos personajes vive estas
aventuras?
3-
¿Por qué decidió comenzar con los
viajes?
C) CONSIGNA: EXPLICA CON TUS PALABRAS ESTAS EXPRESIONES QUE APARECEN EN LA HISTORIA
QUE ACABAS DE LEER: NO
DEBES COPIARLAS. SÓLO EXPLICAR CON TUS PALABRAS QUÉ SIGNIFICA
1- . “¡Gloria a Ti, oh
Alah! Por
la mañana, yo, Simbad
el Faquín, me levanto
agotado del trabajo del
día anterior; el propietario de esta mansión, en cambio, disfruta de sus guisos
y se rodea de sonidos
y aromas delicados. ¡Oh, Alah,
quiero creer que gobiernas con sabiduría!”
2- - Has de saber que
mi padre fue
un rico comerciante. Cuando murió yo era muy joven. Me hice hacer
costosos vestidos, me rodeé de servidores e invité a grandes
banquetes hasta que un día descubrí que me encontraba a las puertas
de la pobreza.
3- - Verdaderamente yo vivía la más dulce
de las vidas, cuando un día asaltó mi espíritu el deseo de recorrer otros
mares, de conocer otras islas y otros hombres.
D) CONSIGNA: Escribe el significado de estas palabras.
Para hacerlo, sigue estos pasos:
Ø Abre el buscador “Google”
Ø Escribe en la barra central:
significado de…(aquí escribe la palabra que buscas)
Ø Clickea
Ø Copia el significado en tu carpeta
PALABRAS A BUSCAR:
FAQUÍN
FARDO
BANQUETE
LUMBRE
OTEAR
HORCAJADAS
E) CONSIGNA: ARMA ESTOS CUADROS EN TU CARPETA. HACELO CON LA HOJA ACOSTADA ( APAISADA). LO COMPLETARÁS CON LAS
AVENTURAS QUE ACABAS DE LEER.
AVENTURA 1:
CÓMO LLEGA A ESE LUGAR |
MONSTRUO O ANIMAL CON EL QUE SE ENCUENTRA |
CARACTERÍSTICAS DEL MONSTRUO O ANIMAL ( cómo es, cómo
se comporta) |
CÓMO LOGRA HUIR DE ESE LUGAR |
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AVENTURA 2:
CÓMO LLEGA A ESE LUGAR |
MONSTRUO O ANIMAL CON EL QUE SE ENCUENTRA |
CARACTERÍSTICAS DEL MONSTRUO O ANIMAL ( cómo es, cómo
se comporta) |
CÓMO LOGRA HUIR DE ESE LUGAR |
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F) CONSIGNA: ARMADO DE LA ENCICLOPEDIA SOBRE
COSTUMBRES Y CULTURA DEL LEJANO ORIENTE
Para armar esta enciclopedia
realizaremos lo siguiente:
Ø DENTRO DE LA CARPETA DE PRÁCTICAS DEL LENGUAJE ARMAMOS UN APARTADO CON UNA CARÁTULA O SEPARADOR CON EL TÍTULO:
ENCICLOPEDIA DEL LEJANO ORIENTE
Ø COLOCA HOJAS DE CARPETA DETRÁS DE LA CARÁTULA.
Ø EN LA PRIMERA HOJA ESCRIBIREMOS: DICCIONARIO DEL LEJANO ORIENTE
Ø EN LA HOJA SIGUIENTE, REALIZA LAS SIGUIENTES ACTIVIDADES:
Escribe las palabras y al lado su
significado. Algunas las anotaste anteriormente:
Alah o Alá:
Efrit:
Visir:
Mercader:
Faquín:
Califa:
Zoco:
Navío:
DEJA ALGUNAS HOJAS PASA SEGUIR
COMPLETANDO EL DICCIONARIO Y ARMA OTRA CARÁTULA CON EL TÍTULO:
LUGARES REALES DEL LEJANO ORIENTE:
Busca en Wikipedia y anota
características de estos lugares:
BAGDAD:
BASORA:
AHORA TRABAJAREMOS EN LA PARTE
DE REFLEXIÒN DEL LENGUAJE
Primero traza línea larga. Escribe: agosto segunda entrega
Tìtulo: Tipos
de palabras
A)
CONSIGNA: COMPLETA EL CUADRO
SUSTANTIVO COMÙN |
SUSTANTIVO PROPIO |
ADJETIVO CALIFICATIVO cómo es: aspecto físico y/o
personalidad |
ballena |
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ROC |
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Mercader |
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|
Mercader |
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